Colyn y una noche para el recuerdo en The Bow

El dj y productor de Ámsterdam embriagó con techno melódico de excelencia a miles de porteños el pasado sábado a orillas del Río de la Plata.

Se nota que Colyn es fanático de lo que hace. Lo siente, lo vive, y por eso lo puede transmitir con tanta nitidez. Su dependencia para con música se le manifestó dese muy temprana edad, dejándole como norte el horizonte seguro de llegar a ser artista profesional. Ferviente seguidor del dúo Tale Of Us, el holandés pasó en poco tiempo de espectador a protagonista de un sonido que hoy recorre el mundo y que lo trajo por primera vez a Argentina en medio de una gran expectativa y con localidades agotadas.

Luego de colgar el cartel de sold out para el show de la noche, la disco The Bow anunció una segunda función en horario vespertino para el mismo sábado. La llegada a Buenos Aires de este joven de 28 años que rompe tarima alrededor del mundo generó gran esperanza entre el cuantioso nicho de apasionados por el sello Afterlife en nuestro país. Toda esa energía se sintió durante las tres horas y media de su actuación memorable y temperamental.

Nim jugó de local y abanicó un warm up sofisticado. Preparado para la ocasión, el residente de la casa se reinventó alcanzando novedosos grooves que fueron más allá de las fronteras de su ya conocido repertorio. Esa osadía le fue retribuida con denso baile y aplausos para un dj que pareció entender que la única forma de trepar la pendiente que lleva a la cima es arremangarse y trabajar. Tocar, tocar y tocar. La evolución en sus presentaciones está a la vista y la marca de Nim se impone con fuerza en la escena nacional.

Pasadas las tres de la mañana se empezaron a escuchar los primeros estruendos de Colyn. Su fórmula musical con grandes porciones de néctar surrealista avasalló a los clubbers, sofocándolos con una pesadilla feliz de baile desenfrenado. El deleite se esparció por cada rincón de la pista y, lo más importante, nunca decayó. Un set sin fisuras de corte internacional. De las mejores noches de un 2022, que sigue prometiendo buena música desde las bandejas.