El dúo suizo logro hacer una vez más en Buenos Aires su especialidad: sumergir en profunda hipnosis a una multitud con su minimalista música de melodías sintetizadas.
Es posible que algún espectador distraído -o primerizo en eso de presenciar un show de Adriatique– tarde un buen rato en entender la lógica del espectáculo ofrecido. Los jóvenes DJs del mismo nombre de pila se empecinan en estructurar viajes mentales a base de introspectivos sonidos y sutiles acordes, que avanzan de menor a mayor, hasta alcanzar un clímax a todo volumen que por lo general estalla en lo más alto con bombos en reverberación. Luego de ese acontecimiento exquisito, llega la parte del techno y su consiguiente baile que se esparce por toda la pista como un virus contagioso. Pero cuando apenas uno encuentra el paso y el ritmo se hace carne en los clubbers, los suizos derrumban todo lo construido con bajadas estrepitosas que hacen descender al público desde lo más alto de montañas compositivas a subsuelos de tímidos ruidos. Así, una y otra vez.
Ese permanente paseo entre euforia electrónica y lagunas de sintetizadores fue una constante de Adrian Shala y Adrian Schweizer el pasado domingo en Río, fecha que llegó a su inicio con entradas agotadas y una gran expectativa generada por los creadores del sello Siamese Records. Los habitués del dúo disfrutaron del ya conocido catálogo de sensaciones que los miembros de Afterlife suelen abanicar en cada presentación, mientras que algunos novatos intentaron acomodarse a los oleajes intermitentes hasta que sucumbieron ante el peso mismo del poderío musical ofrecido. Atrapantes tracks con vocales estimulantes como ‘Sopra Il Mondo’ de Sam Shure y ‘So U Kno’ de Overmono, fueron revueltos con temas como ‘Cornetto’ de Spada y ‘Geht’s Noch’ de Roman Flügel, dándole forma a todo ese coctel antes mencionado.
Antes del plato principal tan esperado, Nim fue el encargado de entretener a la masa ansiosa de volar con los artistas europeos. Fiel a su costumbre, este dj que cada vez suena más fuerte en el circuito de discotecas porteñas desplegó su mantra durante casi dos horas en las que el público se fue acomodando para recibir las detonaciones energéticas del main.
Lo de Adriatique a metros de las aguas del Río más ancho del mundo significó una tormenta perfecta entre progressive, house y techno, y sirvió de colchón preparatorio ante una de las fechas bomba del año: Tale Of Us en Mandarine Park este sábado 19 de marzo. Dignos alumnos de los hermanos Conte, los adrianes de suiza sacudieron el final de semana en la ya clásica propuesta de los domingos llamada ‘Río’, ciclo que ya anunció tentador cartel para los siguientes meses, negándose a perder protagonismo en la escena con más artistas de renombre en sus marquesinas.