Mientras las nubes de lluvia comenzaban a dispersarse y un arcoíris doble adornaba los cielos de una tarde húmeda y cálida sobre la colina de San José, Cova Santa se estaba calentando para una noche mágica mientras hacíamos nuestro ascenso, cuesta arriba, por el club de varias capas. Las franjas familiares de púrpura y azul alineaban las instalaciones con linternas decorativas, candelabros de wicca y jarrones colgantes con flores de glicinia rosadas, una decoración de marca familiar, deslumbrante y acogedora del concepto All Day I Dream.
Créditos de las fotos: OFFBrandProject
Sobre la entrada, se encontraba un camino que conducía a la caverna secreta de estalactitas. Había un extravagante enfriador de vinos para los niveles superiores del comedor o un escape místico escondido bajo el escenario principal del edificio con escaleras de piedra que llevaban a un lugar más fresco y tranquilo. Seis pisos más abajo del escenario, algunas sillas adornadas con luces púrpuras ofrecían vistas panorámicas de icicles minerales goteando. Nuestros amables anfitriones nos contaron que en ocasiones se realizaban actuaciones y ceremonias secretas aquí, y no es de extrañar, pues el lugar tenía algo sagrado y pacífico y estaba completamente aislado de todas las travesuras que ocurrían arriba.
Pipi Ciez fue el primero en subir al escenario, y su actuación fue simplemente cautivadora. Sus paisajes sonoros oníricos y melódicos encajaban perfectamente con la puesta de sol, creando una vibra etérea que atrapó a la multitud. La mezcla de house profundo y ritmos progresivos aseguró un flujo de música impecable, invitando a todos a bailar y perderse en el momento con su tema distintivo. La habilidad del DJ para crear un viaje musical es incomparable y sin duda estuvo a la altura de su reputación como maestro de las tornamesas. Estaba claro que disfrutaba al máximo haciéndolo.
Lee Burridge siguió con un set igualmente excepcional, llevando el nivel de energía un escalón más arriba. Su fusión única de ritmos tribales y melodías emotivas incendió la pista de baile. La multitud respondió con entusiasmo, moviéndose al ritmo de los contagiosos beats. La actuación del jefe de All Day I Dream mostró su profunda conexión con el público, guiándolos sin esfuerzo a través de una amplia gama de emociones. Era evidente que ambos artistas tenían una pasión genuina por su oficio, y sus sets dejaron una impresión duradera en los asistentes a la fiesta.
Pasando a la experiencia culinaria en el Gastroclub & Mixology ubicado en la cubierta superior, disfruté de una extraordinaria cena. Desde los canapés de piña empapados en Malibú y el pan ahumado de Cova Santa hasta los excelentes Mezcalitas y deliciosas variantes del clásico ceviche, la comida y la bebida estaban a la altura de las expectativas. La posición elevada del restaurante ofrecía impresionantes vistas del paisaje montañoso de Ibiza, brindando un escape sereno de la pista de baile, aunque con vistas perfectas de todo el baile que ocurría abajo. El menú presentaba una encantadora variedad de platos, preparados de forma creativa con ingredientes frescos y locales. Desde exquisitas delicias marinas hasta manjares veganos, el restaurante satisfacía una amplia gama de paladares. El personal atento y el servicio impecable elevaban aún más la experiencia culinaria, convirtiéndola en un delicioso punto destacado de la velada.
A las 11 de la noche, en cumplimiento del toque de queda de sonido, las actuaciones se trasladaron al interior de los clubes de abajo y la noche continuó con sets de Jim Rider vs Tommy Raffa, Facundo Mohrr, y Rodrigo Valdovinos. Con una experiencia perfecta de principio a fin, se puede decir que Cova Santa es un espacio hermoso que reúne sonidos, bebidas, y experiencias gastronómicas cuidadosamente seleccionadas, así como a almas afines que buscan el mismo tipo de viaje musical y espiritual.
