Artista del Mes: Francesca Lombardo

En el palpitante corazón de la región italiana de Lombardía, el viaje sonoro de Francesca Lombardo comenzó tempranamente. Nacida el 27 de agosto de 1978, su iniciación musical se desarrolló a los 13 años cuando entró en el Conservatorio de Italia, esculpiendo sus técnicas vocales y su destreza pianística. Síguenos mientras retrocedemos en el tiempo para revivir los pasos de nuestra Artista del Mes, Francesca Lombardo.

Crédito de la foto: Francesca Lombardo – Official

La odisea musical de Francesca no se limita a las bandejas; comenzó con el delicado toque de las teclas del piano y rasgando las cuerdas de la guitarra. En sus inicios, creó piezas y canciones, explorando el tapiz de sonido que más tarde definiría su destreza electrónica. El cambio a la música electrónica se produjo cuando se plantó en el vibrante suelo de Londres, colaborando con bandas y aventurándose en exploraciones sonoras en solitario.

Sin embargo, su viaje estuvo marcado por la dedicación a perfeccionar su oficio. A pesar de su aptitud musical, se abstuvo de publicar sus creaciones hasta que sintió que sus habilidades estaban afinadas, aprendiendo y mejorando constantemente en su modesto estudio. Fue un período de incubación, una época en la que se sumergió en la escena electrónica, inspirándose en artistas como el trip-hop de los años 90 y, más tarde, profundizando en el techno a principios de los 2000.

Sus primeras influencias pintan un cuadro vívido de sus gustos eclécticos: Björk, Orbital, the Orb, Annie Lennox, Leftfield, Moby y muchos otros. Estos arquitectos sonoros sentaron las bases de la paleta artística de Lombardo, dando forma a los contornos de su paisaje musical. Al aterrizar en Londres, Francesca se encontró inmersa en la escena del acid techno, codeándose con DJs y productores que impulsaron su exploración de la música de club. Nombres como Lenny Dee, Chris Liberator, Henry Cullen y Darc Marc sirvieron como luces guía, encendiendo el encendido de sus creaciones centradas en los clubes.

En 1999, Lombardo se lanzó a la escena techno underground bajo el enigmático alias Jackie Misfit. Sus ritmos resonaron en las fiestas underground de la capital, lo que le valió su residencia en el icónico Chemical Warfare y más tarde en los eventos de Ultraplay en los rincones del Café 1001.

La expresión artística de Lombardo no se limitó a la cabina del DJ. La maestra reveló sus talentos multifacéticos a través de proyectos paralelos, incluido Purity, una banda exclusivamente femenina de electro/rock/drum n’ bass y Def By Disco, donde hizo malabarismos a la perfección con sus roles como tecladista, vocalista y mezcladora.

En 2007, codirigió Lokomotiv Recordings y lanzó su EP debut, “The Dark Side Of The Spoon”, con el hipnótico tema “Mama Cocha”. Los remixes de luminarias como Valentino Kanzyanib Tomy DeCler que consolidaron su estatus en los escalones de la electrónica.

Dirigiendo su barco artístico, fundó su propio sello, Echolette, en 2010. El viaje inaugural del sello, “Kundi la Mapendo” de Jackie Misfit, marcó el inicio de una discografía que contaría con éxitos de artistas como Héctor Couto, Gregor Tresher y Birds of Mind. El éxito de Echolette dio origen a Echoe en 2016, expandiendo su imperio sónico.

Un encuentro casual con Damian Lazarus en la Winter Music Conference de 2011 resultó ser fortuito. Francesca firmó un acuerdo con Crosstown Rebels, despidiéndose del apodo de Jackie Misfit. El lanzamiento de 2012, “Changes”, anunció un nuevo capítulo, impulsándola a la órbita de la gira mundial Rebel Rave de Crosstown Rebels en 2013.

La identidad sonora de Francesca trasciende la pista de baile, fusionando paisajes sonoros de ensueño, melodías conmovedoras y ritmos hipnóticos. Sus raíces clásicas se entrelazan a la perfección con ritmos electrónicos, creando una experiencia auditiva que resuena a nivel mundial. Como DJ trotamundos y artista en vivo, ha aparecido en escenarios monumentales, desde IMS Dalt Villa hasta el icónico Royal Albert Hall.

En 2019, lanzó su álbum debut, un manifiesto de arte electrónico poderoso y con visión de futuro. Más allá de los ritmos, su compromiso con las causas medioambientales se refleja en su proyecto “Life of Leaf”. Las ganancias de la venta de álbumes y entradas se sembraron en la tierra, asociándose con la organización sin fines de lucro One Tree Planted.

Francesca Lombardo no es sólo una artista; es una viajera sónica que deja una marca indeleble. Su pasión, innovación y compromiso con el cambio positivo aseguran su resonancia continua, destinada a ser el ritmo de nuestras vidas en los años venideros.

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