Los adrianes de Suiza zarandearon a miles de jóvenes en la inmensa carpa blanca de Mandarine Tent.
Créditos fotografías: BAN Talent
Un espectáculo volador y bien bailable ofrecieron los Adriatique el pasado sábado en la capital argentina. Lagunas sintetizadas mezcladas con bombos en reverberación se confabularon para crear viajes mentales de difícil explicación. La tormenta perfecta entre progressive, house y techno se hizo realidad y colmó la expectativa de una fecha que agotó sus tickets una semana antes de su realización.
El openning del local Maxi Degrassi funcionó como anillo al dedo para los fanáticos que fueron copando el lugar. La euforia electrónica desplegada por los creadores del sello Siamese Records fue festejada con un variado catálogo de sensaciones que pasaron desde la alegría al baile, con momentos de profunda introspección. El poderío musical de los suizos quedó en evidencia una vez más frente a un público devoto que ante cada show del dúo revienta escenarios y aumenta su fanatismo, como un pacto inviolable de veneración y fidelidad.
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