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MUTEK.AR: La evolución de un futuro underground

La sexta edición de MUTEK.AR entregó otra experiencia innovadora en el mundo de la música electrónica y el arte digital. Celebrado en Buenos Aires del 2 al 6 de octubre de 2024, el festival se desarrolló a lo largo de cuatro días de programación diversa, que incluyó música ambiental, techno inmersivo, y presentaciones audiovisuales hipnóticas. Un testimonio de su espíritu central de “mutación constante”, MUTEK.AR sigue siendo un evento al que deben asistir los aficionados al underground y al mismo tiempo atrae a recién llegados curiosos y ávidos de creatividad de vanguardia.

Crédito de Fotos: MUTEK.AR Oficial – Adan Jones / Dante Claros

 MUTEK, fundado en Montreal y que celebrará su 25º aniversario en 2024, se ha adaptado constantemente a los cambiantes paisajes culturales. La edición de Buenos Aires, que debutó en 2017, se ha convertido en un importante evento anual en la escena electrónica de América Latina, uniendo el talento global con el arte local. Después de una quinta edición en microformato, el festival regresó con toda su fuerza para 2024, con más de 50 artistas y una lista revitalizada de ubicaciones en toda la ciudad.

El festival se inauguró de manera espectacular en el histórico Teatro Alvear, un hito cultural de Buenos Aires. La noche inaugural de A/Visions preparó el escenario con actuaciones innovadoras, comenzando con el estreno de “Alma”, una pieza audiovisual experimental del artista argentino Sebastián Verea. Este trabajo explora la delicada y compleja interacción entre humanos y máquinas, completando una trilogía en la exploración artística en curso de Verea.

Después, el dúo canadiense Ida Toninato y Pierre-Luc Lecours presentaron “Homeostasis”, un espectáculo meditativo que profundiza en el equilibrio natural de los sistemas, mientras que Martin Messier llevó al público a un viaje visual con “1 gota 1000 años”. La actuación de Messier utilizó la manipulación en tiempo real de partículas de agua y luces en una fascninante obra de ingenieria, creando una sinfonía audiovisual que dejó una impresión duradera.

El programa del jueves destacó Amplify D.A.I., una plataforma iniciada en 2018 por Artlab, con el apoyo del British Council y la Fundación Williams, destinada a promover el trabajo de mujeres y disidencias en las artes electrónicas. Esta iniciativa ha catalizado conversaciones esenciales sobre la inclusión y la paridad de género en la escena de la música electrónica, al tiempo que ofrece una atención muy necesaria a los talentos emergentes.

El cartel del viernes amplió la programación en vivo del festival con actuaciones que van desde los opresivos paisajes sonoros digitales de “Therato5” de Co3ra hasta las meditaciones downtempo del madrileño Bruma. Más tarde esa noche, el veterano artista electrónico argentino Sophos presentó “Voyager-X”, un viaje cósmico impulsado por imágenes de Vanesa Massa, que combina la ciencia ficción con la meticulosidad del arte visual clásico.

MUTEK es conocido por su enfoque vanguardista de la música electrónica, y la edición de este año solidificó aún más esa reputación. El set de Piezo se destacó como un tour de force futurista, fusionando sonidos industriales con influencias de garage y breakbeat. Su actuación llena de energía se equilibró con imágenes hipnóticas, proporcionando una sobrecarga sensorial que mantuvo al público fascinado.

Para cerrar la noche, Carlos Alfonsín, una leyenda indiscutible en el mundo del minimal house, subió a los decks para un set de más de dos horas. Junto con imágenes llenas de fallas de Melon Manga, su actuación subrayó la capacidad de MUTEK para fusionar diferentes medios artísticos, dejando un impacto duradero en los asistentes.

El centro cultural del festival, Artlab, siguió desempeñando un papel central en la experiencia, especialmente el sábado. Una de las actuaciones más destacadas fue la de Sebastián Seifert, mejor conocido como Microfeel,  quién invitó a descubrir la formación de nuevas formas de vida en un planeta aun sin descubrir. Luego, siguieron las uruguayas Helen Olhausen y Sofía Córdoba, cuyo set íntimo encarnó la tranquila introspección que se encuentra en gran parte de la programación experimental del festival. Este estado de ánimo introspectivo se profundizó con la performance audiovisual del arquitecto Fernando Molina, “Cifra”, que entrelazó temas de capitalismo, cambio climático y colapso social, cerrando con un poderoso guiño a “Revolution 9” de The Beatles.

La atención se centró entonces en Pondus, alias del productor de música electrónica marplatense Julian Cobbe, acompañado por el productor audiovisual Amarhac. Su presentación brindó una experiencia multisensorial, con paisajes sonoros inmersivos y efectos visuales intrincados que cautivaron a la audiencia.

A continuación, subió al escenario el dúo Priori & Jek, formado por el canadiense Francis Latreille y el oriundo de Brooklyn, Jack Anderson. Su presentación ofreció un cambio de humor, bajando gradualmente los decibeles e invitando a la multitud a un trance contemplativo. Este momento de introspección sirvió como un interludio de calma antes de que regresara la intensidad.

Honeydrip, con su explosiva presentación en vivo de “Psychotropical”, elevó la energía una vez más. El álbum, un tributo underground al dub, el reggae y el dancehall, puso en primer plano una vibrante mezcla de ritmos, sumergiendo al público en una ola de ritmos hipnóticos impulsados ​​por el bajo.

Cerró la jornada un potente DJ set de Bad Boy Orange, figura pionera en la escena drum & bass argentina. Su actuación mantuvo la alta energía, asegurando que la noche terminara con una nota dinámica y electrizante.

Entre las actuaciones musicales, los asistentes tuvieron la oportunidad de explorar la exposición colectiva “Back to the Cave”, curada por el artista mexicano 11v151131_m06 y presentada en la galería Untitled Project de Berlín. Esta exhibición, ubicada en el vestíbulo de entrada de Artlab, presentó obras de 16 artistas digitales de todo el mundo y permanecerá abierta durante todo octubre, brindando una dimensión visual única para complementar la experiencia auditiva del festival.

Paralelamente, la sede Deseo en el barrio de Villa Ortúzar proporcionó un telón de fondo apropiado para el clímax del festival el sábado por la noche. Una vez más, las mujeres lideraron la carga, con Ciel, la DJ con sede en Toronto, lanzándose a su primer set en vivo, sentando las bases para una sesión de techno de alta energía de la DJ francesa Jennifer Cardini. La noche culminó con la productora local Cia Rebeck, quien llevó la intensidad de sus raíces patagónicas a los platos, brindando un cierre implacable al evento.

El festival concluyó el domingo con el regreso de su sección Experience, este año reimaginada a través de los sonidos ambientales del sello Soundscape de Artlab. La recién llegada Casa Futuro, un lugar idílico ubicado en el área de los Lagos de Palermo, brindó el escenario perfecto para un día de paisajes sonoros minimalistas y reflexivos. Las actuaciones de clausura del festival ofrecieron una oportunidad para relajarse después de varios días de energía incesante, cerrando la edición 2024 de MUTEK.AR con una nota tranquila pero que invita a la reflexión.

MUTEK.AR demostró una vez más que el festival es más que un simple evento: es un espacio para la experimentación, la colaboración y la construcción de comunidades dentro de la escena mundial de la música electrónica. Mientras el festival mira hacia su próxima edición, continúa evolucionando sin dejar de ser fiel a sus principios fundamentales: mutación constante, innovación y celebración de la cultura underground.

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