Por segundo año consecutivo se realizó uno de los festivales de música electrónica de más renombre mundial, el Ultra Music Festival, que dijo presente en México con cuatro grandes escenarios y un line-up de artistas de talla mundial.
Por tercera vez en menos de dos años RESISTANCE nos traería lo mejor del house, tech house y techno, todo bajo un mismo escenario. Grandes artistas vendrían para dar lo mejor de su set.
Stephan Bodzin llegaría con la novedad de su impactante set en vivo, y el legendario Carl Cox haría acto de presencia en el festival. Las condiciones ideales estaban ya dadas; solo faltaba que llegara el ansiado día de inicio del festival mejor conocido como “El Ultra”.
Los ánimos de todos los amantes de la música se podía sentir en México, ya todos los asistentes estaban listos para su aventura, el Centro Dinámico Pegaso sería nuevamente la sede para el festival. No habían más tickets para el traslado con los buses autorizados, quedaban únicamente tickets VIP, ya estaba todo listo.
Partimos desde Ciudad de México vía a Toluca. El día estaba soleado y con un frío ideal para ir a bailar por horas, sin embargo las condiciones climáticas durante las últimas 24 horas habían sido de lluvia inclemente, a pesar de que ya es el final de la temporada de lluvia en la región, los cambios climáticos juegan a sorprendernos y fue lo que sufrieron los organizadores/productores del festival. Unas horas antes de que iniciara la fiesta la lluvia había dicho presente a cantaros lo que no permitió que los escenarios fueran terminados. En pro de resguardar a sus trabajadores, los organizadores se vieron forzados a suspender todo trabajo ya que era muy peligroso continuar bajo tales condiciones.
Por suerte el equipo de Electronic Groove en Español tuvo acceso al recinto que se vio forzado a retrasar la hora a la que abriría las puertas, mientras que los organizadores y todo su personal hacia un importante esfuerzo para terminar los escenarios. Pudimos hablar con varias personas dentro del Centro Dinámico Pegaso quienes nos contaban como la lluvia era una tormenta, condiciones bajo las cuales es imposible instalar los juegos de luces, hacer pruebas de sonido y todo lo necesario para culminar cada uno de los escenarios, a medida que caminábamos por el festival nos encontrábamos con agua y barro, la lluvia había sido tan fuerte que los jardines estaban aún inundados.
Luego de horas de trabajo arduo contrarreloj, se abrieron las puertas. Dadas las condiciones, ya todo estaba listo para dejar entrar a todos los asistentes, quienes a pesar de tener varias horas esperando el acceso a las instalaciones, venían cargados de una energía que contagio a quienes ya estábamos allí.
Comenzó RESISTANCE y todos los asistentes bailaban, brincaban, tomaban fotos, grababan videos. El encargado de abrir fue el talentoso Seth Troxler. El público no dejaba de bailar ni un solo segundo, en menos de 20 minutos ya no había espacio para un alma más y sin embargo nadie se quería mover del lugar. Los asistentes, en su gran mayoría mexicanos, derrochaban tanta energía que el propio Seth se veía felizmente contagiado de tanta energía.
Luego de dos horas llego el turno Luciano. El público despedía a Troxler entre aplausos y bailes, mientras que el chileno-suizo veía el entusiasmo del dancefloor con cara de asombro. Los presentes no tardaron en darle una calurosa bienvenida lo que desató que el artista se desempeñara con una naturalidad que pocos poseen mezclando. Durante 120 minutos deleitó a todos con su selección musical y su técnica.
Caía la medianoche y con ella el legendario Carl Cox subía a la tarima con su carisma de siempre. Aplaudía y saludaba a los que allí decían presente. La energía en el ambiente era de euforía musical.
Parece imposible creer que muchos de los asistentes ya tenían alrededor de diez horas esperando este momento, a pesar de las dificiles condiciones climatológicas nadie se quedó sin bailar. Todos subían las manos, brincaban, celebraban como solo los mexicanos saben hacerlo, desde la alegría. Carl Cox se lucía en el escenario con beats muy oscuros y otros más alegres. Tenía al público a su disposición y ellos lo disfrutaban. Beat tras beat, el público bailaba como si no hubiese mañana.
Si bien, el festival tuvo complicaciones por las ya descritas tormentas y condiciones de tiempo, los mexicanos supieron aprovechar “El Ultra” rescatando el momento y viviendolo con su característica alegría, entusiasmo y amor a la música.