Será un primer intento para 1000 personas.
El pasado 4 de octubre, el presidente de la Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña, Lluís Torrents, junto a un médico del hospital Can Ruti de Barcelona, informaron que en los últimos días de este mes se realizaría por primera vez un concierto en el cual se realizarán pruebas rápidas para detectar la presencia de COVID-19.
Se estima que Apolo sería el primer lugar del mundo en operar un sistema de prueba a la entrada. Sin embargo, este ensayo tiene al menos un precedente en Europa, pues, aunque con ligeras diferencias, en el mes de agosto miles de personas se reunieron en el Arena Quarterback Immobilien de Leipzig, en Alemania, para un estudio de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg para evaluar los contagios en ese contexto.
Los asistentes podrán ingresar y beber alcohol siempre y cuando reciban un resultado negativo en Can Ruti y no presenten ningún tipo de síntomas. Aunque las mascarillas y el desinfectante serán obligatorios, no se exigirá distanciamiento social. Además, ocho días después del concierto, se hará una nueva prueba de antígenos a todos los asistentes y una PCR a quienes también se hicieron esta prueba.
Debido a que España e Italia han sido dos de los países más afectados durante la pandemia de coronavirus, los clubes han sido cerrados. Incluso los bares y restaurantes recibieron un toque de queda a la 1 de la madrugada según decisiones del ministro de salud Salvador Illa. Sin embargo, los raves ilegales siguen aumentando en Europa. Esta iniciativa supone una alternativa legal y segura para retomar los eventos musicales en el territorio.