Cuenta la leyenda, que una vez cada tanto, aparece alguien en la escena de la electrónica destinado a romper el molde. A realmente desdibujar los limites que separan lo real de la imaginación. Ese que reinventa el juego. En el caso del progressive house, ese nombre es el de Guy J. Junto con el colectivo de magos de Lost & Found, brindaron una noche para los libros de historia contemporánea.
La evolución de Guy J a nivel global desde sus primeras visitas a Argentina ha sido inconmensurable. Tanto, que ya casi no hay club que tenga la capacidad para satisfacer la demanda real de tickets. Sold out tras sold out, eso también ha hecho que muchos posemos nuestros oídos en varios de sus compatriotas israelíes. Hoy, el colectivo del sello Lost & Found es recibida como realeza del progressive en estas tierras, a tal punto que su creador decidió que esta se convierta en una nueva parada para el We Are Lost Festival.
En el corazón de la costanera de Buenos Aires, los complejos linderos The Bow y Oasis abrieron sus puertas en sincro, para el inicio de una mágica noche al aire libre, acompañada por un clima casi tropical. Al ingresar, ya la recepción era eléctrica. El hecho de tener que recorrer un pequeño tramo hasta las pistas outdoors, solamente sirvió para generar esa hermosa sensación, ese rush que todos vivimos cuando vamos a festivales y nos acercamos a la fuente de la música que en algún momento sonaba a la lejanía.
Para esta ocasión especial, dos escenarios interconectados fueron habilitados, en los cuales tuvimos las presentaciones de 8 artistas entre los que se encontraban Stereo Underground, Eli Nissan, Chicola, Sahar Z, Roy Rosenfeld, Khen, Guy Mantzur y el dueño del circo, Guy J. En el Oasis, fue Eli Nissan el encargado de ir calentando las bandejas, con un hermoso y ecléctico blend de progressive, haciéndole honor a sus raíces musicales. La vida pasada de Nissan como músico profesional se nota, desde la concepción de los sonidos que predominaron a lo largo del set, como al armado de tracklist mismo. Y la gente bailo, disfrutando del holgado espacio que ofrecía la pista durante las primeras horas del festival. Mientras tanto, en la vereda opuesta, Stereo Underground recibía a los recién ingresados con su progressive de alto vuelo. Aprovechando la energía y expectativas puestas, Yariv Etzion no desperdició ni un minuto de su Live Set, subiendo a todos a su nave espacial, para una vuelta que contaría con alguno de sus tracks más reconocibles, como ‘Higher Ground’ y el hit ‘Flashes’, que contaron con una recepción inigualable por parte de los clubbers en la pista.
Junto con la medianoche, llegó el primer paso de manos en cada uno de los escenarios. Chicola se hizo del stage en The Bow, mientras que Sahar Z recibió la cabina de parte de Eli Nissan en Oasis. Chicola no dudo en tomar la posta que le dejaba Stereo Underground, y continuó con su línea de progressive tech, caracterizada por su énfasis en el groove y melodías esporádicas, que contrastan como rayos de luz en plena oscuridad. Mientras tanto, en el Oasis Stage, Sahar fue elevando la temperatura con un set cargado de sus producciones propias, desatando por completo a una pista que ya se encontraba llena y con ganas de bailar hasta los primeros rayos de sol en el imponente cuadro que ofrecía el We Are Lost Festival.
Con ambas pistas al rojo vivo, y llenas de una vibra incomparable, fue hora de un nuevo cambio. Khen redobló sobre la apuesta de Chicola, llevando a la pista a un sonido un poco más techno, con maestría y soberbia, en un set diseñado para reventar la pista desde el primer track. Apenas dos horas le bastaron para dejar una marca indeleble en la pista, la misma que luego tomaría Guy Mantzur. Mientras, en la pista de Oasis, Roy Rosenfeld brillo en un set cargado de sensaciones. Aquí, miles de almas, con las emociones a flor de piel, se entregaban al viaje que proponía uno de los miembros de Lost & Found que se destaca por melodías que regularmente desafían la imaginación del oyente.
Los relojes marcaban ya las 4 AM, indicando que era momento del último acto de esta fantasiosa historia, que cautivo y atrapó durante horas a dos pistas enteras; a miles de personas que fueron a escuchar un cuento. Uno que nunca habían escuchado antes. En la terraza de The Bow, el legendario Guy Mantzur tuvo los honores de cerrar la pista tras el impactante paso de Khen. A puro groove, una infecciosa selección de melodías, y una clase casi inigualable detrás de las bandejas, Mantzur dejó en claro por que es que incluso sus propios compañeros de Lost & Found lo admiran como DJ. Imparable, Guy Mantzur elevo la pista a nuevas alturas, para un cierre a puro baile y frenesí.
Para entender y apreciar lo que iba a pasar en la pista de Oasis, hay que entender que nada de esto hubiese sido posible si no fuese por un chico de treinta y pico de años que no hace más que perseguir sueños y realizarlos. Guy J se embarcó en una aventura que quizás ni él mismo hubiese imaginado por allá en 2007, cuando ‘Save Me’ fue levantado por John Digweed para el icónico Bedrock Records. Trece años después, el productor y DJ israelí es palabra santa en el progressive, redefiniendo el género con su sonido inigualable y convirtiéndose en un referente para miles de jóvenes productores alrededor del mundo entero. Trece años después, es dueño de uno de los sellos más exitosos del género con su marca Lost & Found. Y, trece años después, está montando su propio festival, con los amigos que la música le regaló, en uno de los países donde más disfruta tocar.
Durante tres horas, el mago hizo aparecer y desaparecer un sinfín de sonidos y melodías como quiso, intercalando momentos para contemplar, con beats de otra galaxia, para gastar suelas en la pista. Con algunos tracks reconocibles como ‘Day Of Light’ entre una catarata de música que figuraba como ‘ID’ en los tracklists que intentarán armar quienes hayan estado presentes ayer, Guy J tejió una historia irrepetible. Una que se fundió en uno con la salida del sol, frente a una pista colmada hasta último momento. Una pista que vio a este chico soltar lágrimas de felicidad. Una felicidad que quizás hace trece años, no hubiese creído que podía llegar a existir.
Mira las IG historias de esa noche aquí.